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Xbox 360 La Mejor

Análisis

Análisis Call Of Duty Black OPS

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Desde Call of Duty 3 hemos visto a Treyarch como el estudio a la sombra de Infinity Ward, una sombra, por cierto, muy alargada. Y no es casualidad, la segunda entrega de la saga fue de los primeros juegos en demostrar el nivel técnico de las consolas de actual generación y ofrecer momentos tan épicos como el Desembarco de Normandía mientras que el tercero decepcionó precisamente por no mantener esa línea ascendente. Más tarde, Modern Warfare revolucionó la saga situando la acción en un marco actual, casi futurista y de nuevo el posterior World of War regresó al pasado y no aguantó la comparación, si bien su calidad había ganado muchos enteros respecto al tercero.

Ser el ”equipo B” de Activision en cuanto a recursos, inversión, investigación y tiempo de desarrollo no debe ser fácil, como tampoco lo sería escuchar a cada paso la frase “las entregas impares son las entregas malas”. Tampoco debe ser fácil superar las 20 millones de copias de Modern Warfare 2 o las decenas de millones de horas que han ocupado a jugadores de todo el mundo en el online, cifras casi inalcanzables para el resto de los mortales (salvo quizás si eres un fontanero italiano) que pueden tener efectos opuestos: O te vienes abajo o tu motivación es máxima.

En este caso a Treyarch, gracias a los problemas internos de Infinity y su distribuidora Activision – con la ya conocida fuga de sus dos cabezas visibles West y Zampella – le han permitido tomar la alternativa real y contar con el tiempo y los medios necesarios. La máxima era clara, era su gran oportunidad, su paso adelante. Tras disfrutar de Call of Duty: Black Ops tenemos algo muy claro: La han aprovechado.

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historia

 

No era muy difícil superar ese entramado de ideas inconexas que supuso Modern Warfare 2, aunque Treyarch bien podría haber optado por explotar la fórmula de su antecesor descuidando la campaña y centrándose en la razón por la que muchos compradores pasan por caja con cada nueva entrega: el Multijugador. Sin embargo, y de forma sorprendente, Black Ops ofrece una de las mejores campañas que posee la franquicia, una sucesión de momentos claves que viviremos en la piel de distintos personajes y que nos llevarán a lugares tan dispares como Hue, en pleno centro de Vietnam, la Habana en Cuba o los gélidos Montes Urales.

El estudio americano se aleja del marco de la Segunda Guerra Mundial para tratar otro extrañamente poco explotado: La Guerra Fría. Las tiranteces entre Cuba, la antígua U.R.S.S. y Estados Unidos, o lo que es lo mismo, Comunismo frente a Capitalismo, mantenían la cuerda tan tensa que el planeta entero temblaba de miedo por el estadillo de una tercera gran guerra que devastara el planeta ante la contundencia de las armas atómicas.

Ya desde el comienzo la historia marca su territorio. El propio menu del juego nos sitúa en la piel de Alex Mason, postrado en una silla de tortura y con varios monitores frente a él (un consejo, tratar de soltaros a ver qué pasa…). Así comienza la campaña, con un interrogatorio que trata de sacarnos a base de descargas información que desconocemos, o tal vez esté muy dentro de nosotros, y es que el jugador empezará la campaña tan desorientado como el personaje principal y poco a poco irá conectando piezas y comprendiendo la razón por la que lo retienen allí, la importancia de esos malditos números…

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No será Mason el único personaje que manejemos (ahí estarán también Mosley, Hudson y Reznov), y es que la campaña se nutrirá de saltos – espaciales y temporales – para ofrecer una historia llena de giros, traiciones y venganzas donde no nos fiaremos ni de nosotros mismos. Poco más queremos desvelar del guión, pues es algo digno de probarse, aunque si os decimos que la primera misión consiste en infiltrarse en la mansión de Fidel Castro para asesinarle y este listón se ve ampliamente superado más adelante ya os podréis hacer una idea.

Una de las grandes bazas de la campaña es precisamente esa, no bajar el ritmo en ningún momento ofreciendo escenarios y situaciones de lo más variado. La misma misión nos puede llevar a infiltrarnos en un complejo militar utilizando el sigilo para luego enfrascarnos en un tiroteo una vez sorprendidos y escapar a toda prisa subidos en una moto mientras destrozamos blindados escopeta en mano. Tampoco faltarán figuras de la talla del propio Castro, J.F. Kennedy o el implacable McNamara ni faltará la violencia, por momentos explícita, aunque tampoco nada que no hayamos visto en cualquier cinta de cine bélico y los estómagos más débiles podrán desactivarla de inicio.

Una experiencia corta pero intensa. Algunos se quejarán de la escasa duración de la campaña, otros apenas la toquen porque sólo les interesa el componente online del título, lo cierto es que se trata de una de las mejores campañas de la saga, muy superior al último Modern Warfare 2 así que los poco fans del online están de enhorabuena. El resto, como veremos, también.

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jugabilidad

Si ya habéis jugado a los últimos títulos de la serie Call of Duty poco tenéis que descubrir en este apartado, puesto que mantiene la misma fórmula casi calcada en cuanto al control, salvo por un muevo movimiento de agacharse en carrera donde el personaje se desliza para determinados momentos y que tampoco aporta demasiado.

El control sigue siendo idéntico y los botones se mantienen para recargar, cambiar de arma, activar su mejora o lanzar una granada. De nuevo el apuntado asistido al pulsar el gatillo facilitará (demasiado) la vida a los jugadores menos expertos pero por suerte se puede desactivar.

En cuanto a las armas se añaden algunas tan espectaculares como la SPAS-12, el potente rifle L96A1 o la ballesta, que contará con distinta munición incluyendo una incendiaria que explotará tras clavarse en la piel o una pared, aunque la que se lleva la palma es un bazooka con misiles guiados que tendremos que controlar en una vista en primera persona desde el propio misil hasta impactar contra el objetivo sorteando obstáculos. Grandioso. Pese al elevado número de armas distintas todas ellas han sido tratadas con la exigencia y fidelidad que se merece y no hay ninguna igual.

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Replicar la fórmula de éxito de Modern Warfare tiene su premio y también su peaje. Ya se sabe que ofrecer una experiencia muy cinematográfica suele llenar el código de scripts, eventos predeterminados que se van activando a nuestro paso atravesando un punto o logrando un objetivo. El diseño de las misiones nos llevará de la mano por caminos predefinidos y basta con comprobar cómo en algunos puntos volvemos sobre nuestros pasos y el éxtasis de la batalla se transforma en la más absoluta de las calmas (salvo por el sonido de la metralla y las explosiones, que siguen sonando no se sabe muy bien de dónde). Por desgracia estos scripts se dejan notar sin disimulo, algo que ya es casi una seña de identidad en la saga pese a que Modern Warfare 2 intentó ofrecer algún nivel algo más libre como el de las favelas de Brasil. Otro elemento “guionizado” que molesta es el de no poder avanzar hasta que no completemos algún evento, en ocasiones como en la primera llegada a Vietnam habrá momentos en los que no pararán de atrincherarse enemigos hasta que no tomemos una posición, saldrán y saldrán y se situarán exáctamente en los mismos puntos de cobertura. Son detalles puntuales que restan realismo a la inmersión bélica.

Se trata del San Benito que la saga lleva arrastrando desde hace años y Black Ops no es precisamente un título que trate de disimularlo, habrá gente que lo acepte como un impuesto necesario para conseguir una experiencia cercana a las mejores producciones de Hollywood y otros preferirían más caminos alternativos, enemigos aleatorios y en definitiva libertad. Cuestión de gustos.

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Otro problema que se repite y que parece más grave es la duración, ese mal endémico que se repite con frecuencia en títulos con un alto coste de producción y por el que tristemente empezamos a acostumbrarnos. En este caso la Campaña puede superarse en 6-7 horas, dependiendo del nivel de dificultad y la destreza de cada uno. La cifra puede irse a las 8-9 con la máxima dificultad, donde el enemigo no ofrece unas rutinas de IA mucho más avanzadas aunque su puntería sube muchos enteros. En este sentido Treyarch vuelve a mostrarse como una compañía exigente en los niveles altos de dificultad y completar la campaña de esta manera supone un auténtico reto que frustrará por momentos.

Es cierto que en juegos sin online esta cifra podría resultar una losa que lo sepultara y en esta saga, dada la importancia del online muchos se toman la campaña como un mero añadido, casi un entrenamiento, pero el hecho de no contar esta vez con un modo “Operaciones Especiales” hace que la experiencia para un jugador queda algo lastrada por una duración baja aunque muy intensa y más consistente que la de MW2.

Por suerte Treyarch ha incluído dos sorpresas en forma de juegos arcade que pueden ser desbloqueados introduciendo un código en un terminal situado en la sala de interrogatorio (desde el menú principal nuestro personaje está preso en una silla, pero quizás no hayan atado bien las correas…). Estos juegos son el mítico Zork, una aventura con unos añitos a sus espaldas (nació en 1977, igual que la primera de Star Wars) en formato texto donde introduciremos comandos para avanzar y se desbloquea tecleando “ZORK” en la consola. Mucho mejor resulta el Dead Ops Arcade (”DOA”), un shooter de vista cenital donde tendremos que sobrevivir (sólos o acompañados) a hordas de zombies recogiendo items, mejorando nuestras armas, eligiendo caminos, utilizando granadas o evasión… un título muy trabajado técnica y jugablemente que os recomendamos desbloquear porque son de los que enganchan a base de bien.

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Estos dos juegos le dan vidilla más allá del online porque lo cierto es que la campaña no anima a ser rejugada más allá de completarla en niveles mayores de dificultad. Si bien es cierto que cada misión contiene tres archivos ocultos que desvelan parte de un dosier accesible desde el menú y que proporciona más información sobre la historia, no existen puntuaciones ni un cooperativo que favorezca la rejugabilidad. Como digo a muchos no les importará porque ya estarán enganchados al infinito online, así pues que cada uno valore este apartado como estime conveniente.

Vayamos pues al meollo del asunto.

multijugador

El componente online, como decimos, es razón suficiente para que muchos no duden en pasar por caja y sin duda lo único que puede interesarles es la respuesta a una pregunta muy simple: “¿Sigue siendo como siempre?”. Sí, el continuísmo es la nota predominante, podéis estar tranquilos.

Existen dos modos de juego principales que nos ocuparán horas, días, semanas y meses de diversión. El multijugador competitivo y el Modo Zombie, un cooperativo con hasta cuatro jugadores que repite éxito tras su paso por World of War.

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El modo competitivo, también llamado simplemente “Multijugador” es el pilar del juego, y como decimos no presenta grandes novedades aunque sí una tendencia hacia la imitación de las virtudes de la saga Modern Warfare sacrificando aspectos del anterior título de Treyarch como los vehículos o la amplitud de los mapas. Existen 11 modos de juego distintos, la mayoría ya vistos con algún que otro retoque como el Deathmatch, Capturar la bandera, sólo o por equipos, defender una zona… y hasta 14 mapas multijugador, una cifra respetable (y más sabiendo lo que nos cobrará Activision por los próximos descargables).

Vuelven por tanto los perks (habilidades como más munición, resistencia o invisibilidad al radar) y Killstreaks o mejoras por racha incluyendo algunas tan curiosas como el ataque de perros de presa, el bombardeo de Napalm o el control teledirigido de un coche explosivo por radiocontrol RC-XD. También vuelven las clases, la posibilidad de configurar las partidas a nuestro gusto y practicar antes en una “Instrucción” donde podremos entrenar junto a bots manejados por la CPU y frente a un amigo a pantalla partida, una opción más que interesante que servirá para practicar antes de lanzarse a la arena online y hará que muchos usuarios novatos (entre los que me incluyo) pierdan el miedo y aprendan un par de trucos.

Entre los modos más descatados el “Una en la Recámara” nos ofrece partidas con una sóla bala disponible, un cuchillo y tres vidas. Cada muerte nos dará una vida extra y asegura partidas “a cuchillo”, nunca mejor dicho. También tenemos otro modo, “Sharpshooter”, en el que las armas cambian cada 45 segundos, otro llamado “Gun Game” donde se empieza con el arma más básica y cada muerte causada nos ofrece un arma superior pasando por rifles, escopetas, francotirador hasta acabar con un lanzamisiles nada sutil sin olvidarnos de “Palos y Piedras”, ballesta, tomahawk y cuchillo.

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Y por si esto fuera poco, una de las grandes novedades nos permitirá apostar el dinero del juego (los puntos COD) entre los jugadores por ver quién gana en distintos modos, como el “Wager Match” en el que sólo los tres primeros recogen beneficios, lo que aumenta exponencialmente la competitividad del título. Estos puntos COD permitirán desbloquear nuevo equipamiento en la tienda y la posibilidad de apostarlos nos parece un gran acierto.

La personalización también toma un papel importante y nos permitirá customizar al máximo nuestro arma, camuflaje, emblema, incluso cambiar la mirilla como nos venga en gana.

Finalmente existe un modo Cine para capturar los mejores momentos de cada combate online y despues compartirlo con nuestros amigos.

Decir que incluso estos primeros días tras su lanzamiento con más de un millón de personas conectadas a la vez no hemos notado apenas ralentización o lag en las partidas salvo momentos muy puntuales. Además el nivelado en partidas igualadas es muy correcto y la experiencia es de lo más satisfactoria, tanto que no será raro picarse para subir de rango y dejar aparcada nuestra vida social más allá de las cuatro paredes.

Dejando de lado el competitivo, el otro gran atractivo del juego es ese Modo Zombies, la novedad que sorprendió a todos en el último World of War y que Treyarch vuelve a rescatar potenciando algunos aspectos y situándolo como modo de juego aparte desde el principio.

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¿La premisa? Ofrecer un cooperativo de hasta cuatro jugadores al estilo Left 4 Dead (de nuevo se permite la pantalla partida a dobles) donde tocará defenderse de oleadas de zombies nazis cuyo número e insistencia va en aumento. Con los puntos obtenidos por cada muerte iremos desbloqueando distintas características como el acceso a nuevas salas, armas, activación de trampas… se ha incrementado el tamaño de los mapas y la variedad de los enemigos (incluso lindos perritos), además los personajes seleccionables no tienen desperdicio: John F. Kennedy, Fidel Castro, Richard Nixon y Robert McNamara.

Sin duda se trata de un modo divertido a más no poder, por momentos nos veremos agobiados reconstruyendo barricadas mientras escuchamos los gemidos de los nazis no-muertos a nuestra espalda. La cooperación entre los jugadores será vital cuando las cosas se pongan feas, un modo que puede ser fuente inagotable de diversión y que le añade otro buen puñado de horas al título.

apartadotecnico

Brillante y efectista, Treyarch consigue explotar el motor gráfico de Modern Warfare 2 llevándolo un paso más allá gracias a una iluminación muy cuidada, un gran trabajo en el modelado de los personajes y una puesta en escena que mantiene siempre altos dos objetivos: La espectacularidad y la fluidez.

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Variedad de escenarios y situaciones donde el motor no se resiente en ningún momento, puede que un vistazo más pausado revele texturas en baja resolución o elementos mejorables, pero no es un juego que ofrezca demasiados respiros y siempre resuelve la situación de la forma más dinámica y cinematográfica posible, mostrándose Treyarch – e Infinity Ward anteriormente – como una maestra en saber utilizar los efectos gráficos de partículas, desenfoque o humo para convertir los niveles en espectáculos pirotécnicos donde explosiones y balas no dejarán de estallar a nuestro paso.

Quizás la gran diferencia respecto a MW2 la encontremos en la paleta de colores empleada y el sistema de iluminación, con una calidad superior fruto a la optimización del motor gráfico, que como decimos no sufre en ningún momento y consigue mover el circo bélico con una fluidez pasmosa. También se ha logrado un gran trabajo en el modelado de los personajes – no en todos, eso sí – y su animación facial, excelente por momentos. Se nota que Treyarch ha puesto especial mimo en su Black Ops y esto se nota el algunos edificios con habitaciones que no necesitamos visitar pero no por ello están exentas de detalles como mobiliario, cuadros, planos, bicicletas y hasta ositos de peluche.

Quizás un punto a mejorar venga en relación con los enemigos, con modelados muy similares entre sí y con una IA competente aunque no demasiado sofisticada por momentos. Los soldados rivales buscarán casi siempre la mejor cobertura y tratarán de ganar posiciones en pasillos estrechos, actuando de una forma más o menos agresiva según lleven o no ventaja táctica y en ocasiones nos sorprenderán agazapados tras un muro para atacarnos por la espalda (nuevamente algo scriptado, eso sí). El problema es que en ocasiones el rival es demasiado osado y abandona la cobertura con mucha alegría, lo que unido al apuntado automático (desactivable, recordemos) convierte los tiroteos en galerías de tiro fáciles de ejecutar. También nuestros aliados suelen pecar de valientes durante el combate y veremos caer a más de uno frente a nosotros. Eso sí, los acompañantes que tienen cierto peso en el argumento nunca mueren, son dioses de la guerra y ni un misil a bocajarro puede con ellos. Suerte la suya.

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También hemos de destacar el gran trabajo en la animación de los personajes y el manejo de los vehículos. En este último caso se ha optado, como es lógico, por un comportamiento más arcade para potenciar la jugabilidad y el frenetismo, destacando por encima de todas la fase donde pilotamos el helicóptero, una muestra de poderío que no logra que esos 60 fps bajen en ningún momento.

Finalmente destacar que el multijugador presenta una ligera bajada gráfica en texturas, modelados e iluminación que aboga por asegurar la estabilidad de las partidas y también es comprensible.

En definitiva Call of Duty: Black Ops supone la representación más pirotécnica de la guerra que se ha realizado nunca. La estabilidad del motor y el magnífico uso de los efectos gráficos son sus grandes bazas para que, apoyados por un desarrollo “guionizado”, sepa representar momentos únicos que nos meterán de lleno en la batalla. Habrá quien prefiera más libertad y menos movimientos de artificio, pero de lo que no hay duda es que Black Ops es una máquina bien engrasada que logra asombrar en cada rincón, y eso es algo que muy pocos pueden conseguir.

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sonido

Sean Murray repite tras su buen trabajo con el anterior Call of Duty: World of War. Tal vez no sea tan conocido como Harry Gregson Williams – responsable del primer Modern Warfare, de la saga Metal Gear y de películas tan taquilleras como Sherk, Las Crónicas de Narnia o Prince of Persia – ni Hans Zimmer, encargado de Modern Warfare 2 y películas como Piratas del Caribe, Batman Begins, Misión Imposible o El Último Samurai, pero su trabajo no desentona en absoluto con el alto nivel que luce el apartado técnico de toda esta superproducción.

Una BSO que acompaña perfectamente el frenetismo por el que nos moveremos sobre cada nivel, a ratos orquestal, otras mezclando música electrónica y rock para los momentos más frenéticos. Además el juego nos regala dos canciones para nuestras excursiones por Vietnam: Fortunate Son de los Creedence Clearwater Revival y la mítica Sympathy for the Devil de los Rolling Stone, canciones que sientan como un guante y que nos harán cerrar los ojos y sentirnos auténticos marines respirando el napalm que atrae la brisa de la mañana, sin olvidar el estilo característico de Enimen en los créditos finales. Lo que sí echamos en falta es algún tema orquestal más épico, con mayor enjundia, situado en alguno de los momentazos que ofrece la campaña en su clímax, algo que realmente estremezca y se quede grabado en nuestra memoria.

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Los efectos de sonido siguen mostrando la contundencia característica de la saga y rallan a un nivel más que sobresaliente. Cada arma suena distinta, cada explosión tan cercana que estremece, no pasaremos ni un momento de silencio en toda la aventura. Recomendado por supuesto el uso de un buen sistema de Home Cinema y no escatimar en volumen si tenéis la ocasión, os sentiréis rodeados de “charlies” por momentos.

El doblaje luce un gran nivel en líneas generales, los acentos rusos y cubanos están conseguidos y existen gran cantidad de frases de personajes no jugables que llenarán nuestros altavoces en el fragor de la batalla, aunque se hecha de menos el uso de lenguaje más soez – al menos yo estaría maldiciendo a cada paso si me hallara en esa situación, eso seguro. El tono de las voces mantiene la intensidad en todo momento, cosa que no todos los títulos pueden decir, si bien en la comparación con la versión americana (con voces como las de Ed Harris, Sam Worthington, Gary Oldman o Ice Cube) queda por debajo.

El gran problema encontrado en este apartado es el nefasto trabajo de sincronización labial que salpica algunas escenas de la campaña. No hablamos de una palabra de más que no salga de la boca del personaje, sino de tres-cuatro segundos en los que le veremos mover los labios obteniendo el más absoluto silencio de ellos. No es habitual este tipo de fallos tan acusados en ningún juego, esperamos que se trate de un descuido en el testeo del juego y se pueda solucionar con un parche, tampoco tiene mayor importancia pero no queda bien.

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conclusion

Treyarch lo ha conseguido. Black Ops logra una narrativa superior que la situa en el olimpo por encima incluso de lo obrado por Infinity con sus Modern Warfare. Una campaña intensa aunque algo corta - una triste plaga de esta generación – que tanto el competitivo online como el cooperativo zombie saben paliar ofreciéndonos decenas, incluso cientos de horas de diversión.

Pese a dejar de lado la experiencia en solitario con la omisión del modo “Operaciones Especiales”, la espectacular puesta en escena, la repetición de las fórmulas del éxito con el online y una jugabilidad continuísta convierte a Call of Duty: Black Ops en uno de los títulos del año, una parada obligada para todo fan al género de los shooters y una nueva Biblia para los religiosos del multijugador. Esta vez el listón queda bien alto para la renovada Infinity Ward y para Sledgehammer Games, que se rotarán para seguir dando brillo a una franquicia multimillonaria. La empresa no será nada fácil.

positivo

  • Un guión trepidante y bien hilvanado que redondea una campaña magistral.
  • Gran variedad de situaciones y escenarios que no dan un momento de respiro.
  • El multijugador mezcla lo mejor de Modern Warfare para llevarlo un paso más allá.
  • El modo Zombies y el arcade Dead Ops, delicia cooperativa.
  • El apartado técnico (gráfico y sonoro) a la altura de las grandes superproducciones.

negativo

  • La duración de la campaña sigue siendo corta, en seis horas se puede ventilar y no es muy rejugable.
  • El multijugador, aún siendo bueno peca de continuísta, no se ha arriesgado apenas.
  • El desarrollo de las misiones es más scriptado que nunca, se abandona la libertad de movimientos por una experiencia más intensa.
  • A la BSO le falta un tema más épico y la desincronización labial es evidente por momentos.
  • Si vais a jugar solos y sin online el juego pierde bastante.

puntuacion

9,4

imagen [1]



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Análisis Call Of Duty Modern Warfare 2

Uno de los videojuegos más esperados de los últimos tiempos ya está entre nosotros, y es que Modern Warfare 2 ha desembarcado en nuestro país con todo el potencial bélico de la saga Call of Duty intacto. El eterno combate entre Infinity Ward y Treyarch se salda con un K.O., y es que el estudio británico vuelve a demostrar quién es el que manda en la mejor saga bélica del momento.
Parecía que el momento no llegaría nunca, sin embargo Modern Warfare 2, la esperada nueva entrega de las series Call of Duty, ya está entre nosotros y ha llegado con sus cargadores llenos y sus armas sin seguro, tras meses de crear expectación con sus diferentes demos y presentaciones en ferias.

Con el videojuego ya entre nosotros, ¿qué sensaciones produce éste en el aficionado? Una vez fulminado el factor sorpresa del salto a la guerra moderna que deparaba el Modern Warfare original, a la segunda parte del spin-off sólo le quedaba la opción de mejorar todavía más el videojuego original para mantener las cotas de calidad, y a fe nuestra que lo han conseguido. Una campaña tan intensa o más que la del original, y un multijugador todavía más detallado y repleto de opciones son sus principales credenciales.
 
El estilo cinematográfico de Infinity Ward vuelve a casar a la perfección con una recreación de la guerra moderna tan arcade como es habitual en las series. La campaña viene cargada de momentos impactantes, y algunos de ellos quedarán grabados indeleblemente en la retina del espectador por su capacidad para evocar la espectacularidad que tratan de rescatar de las miserias de la guerra que retratan con igual maestría. El multijugador, por su parte, continúa asentándose sobre las bases de lo visto en el primer Modern Warfare, y lo mejora con un mayor número de mapas, soporte para más jugadores simultáneos y una cantidad de armas, Perks y posibilidades de personalización literalmente obscena.
 
Call of Duty: Modern Warfare 2
Makarov, a la izquierda de la pantalla, es el temible villano de Modern Warfare 2. Su salvaje terrorismo será el rival a batir en el nuevo Call of Duty.
Bienvenido al 141
Modern Warfare 2 es, como sus creadores ya adelantaron, una continuación directa de lo que Call of Duty propuso. Con esa entrega no sólo asistíamos al cambio de ambientación de las series para saltar de la Segunda Guerra Mundial a los conflictos modernos, sino que al mismo tiempo se optaba por introducir una trama mucho más trabajada, con unos protagonistas claros y unos villanos con voz, rostro y objetivos claramente definidos desde el comienzo.
 
La secuela recoge el testigo donde el primer Modern Warfare lo dejó, y si bien no hace falta haber terminado el original para seguir su argumento, puesto que es lo suficientemente independiente, lo cierto es que viene muy bien haberlo hecho para conocer a algunos de los personajes que repiten, sus motivaciones y el contexto que éstos traen consigo. El videojuego, por si fuera poco, tiene la deferencia de incluir un prólogo con los acontecimientos de la primera parte narrados en un rápido flashback acompañando a la secuencia de títulos de crédito.
 
Así pues en Modern Warfare 2 se nos cuenta cómo han cambiado las tornas políticas desde lo que vimos en el pasado, con especial énfasis en una Rusia para la que en sólo cinco años las figuras ultranacionalistas como el propio Zakhaev se han convertido en imposibles héroes populares. El carácter fuertemente narrativo del videojuego explica bien a las claras el celo de Infinity Ward a la hora de proteger férreamente la integridad del guión, puesto que apenas se han liberado detalles sobre éste a prensa o aficionados. En aras de ofrecer una experiencia libre de spoilers seguiremos nuestra política habitual de profundizar en su premisa argumental lo menos posible.
 
Call of Duty: Modern Warfare 2
Modern Warfare 2 es muy duro, y la misión del Aeropuerto y las habituales palabras malsonantes así lo atestiguan. Sin embargo aparte de eso hay otros elementos igualmente desagradables como escenas de torturas o muertes muy violentas.
Por lo demás la estructura narrativa vuelve a ser la misma que llevamos viendo desde hace varias entregas en las series. Alternamos el protagonismo de un puñado de personajes que ven un mismo conflicto desde diferentes ángulos pero idéntico bando. Desde el soldado que recorre las calles de Virginia hasta Joseph Allen –camuflado de Alexei Borodin- el espía infiltrado en el bando terrorista ruso, viviremos intensas escenas de acción en diferentes puntos del mundo –Brasil, Afganistán, Rusia, una plataforma petrolífera en mitad del océano, un castillo ocupado por tropas enemigas, etcétera- todo ello dentro de un planteamiento más frenético y variado que nunca.
 
En última instancia debemos recordar que la polémica ha rodeado ya a Modern Warfare 2 antes de su lanzamiento por una escena que se ha filtrado a través de Internet ambientada en el Aeropuerto Internacional Zakhaev (sic). Los detalles del nivel no los ofreceremos para conservar la experiencia, aunque sí comentaremos que se trata de una de las vivencias más impactantes y desagradables que hemos vivido con un mando en las manos. El videojuego, consciente de la controversia que puede generar, pregunta al aficionado al comienzo del videojuego si desea verla o no, advirtiéndole de su carácter durísimo y que puede herir su sensibilidad. No está en nuestro trabajo el juzgar moralmente si esta parte debería estar o no incluida en la campaña individual, de modo que sólo diremos que con ella el videojuego justifica sobradamente su calificación +18.
 
Call of Duty: Modern Warfare 2
En algunos de los niveles como el de Brasil, en pantalla, asistiremos a cruces con civiles que huyen despavoridos de los tiroteos. Un reto más a superar, puesto que si les disparamos será considerado fuego amigo, y como éste acarreará el fin de la partida.
Cliffhanger –Máximo Riesgo-
Nada más comenzar a jugar la campaña individual de Modern Warfare 2 nos daremos cuenta de que algunas cosas nunca cambian. El estilo de manejo ágil y preciso del título continúa siendo seña de identidad, y ya desde la primera misión en las calles de Afganistán nos damos cuenta de que la intensidad y el ritmo sin tregua van a ser las principales características del videojuego en su modo singleplayer.
 
Los niveles de dificultad vuelven a ser los cuatro habituales: Recluta, Normal, Curtido y Veterano. Y ayudan a empujar al usuario a superar la campaña, como mínimo dos veces. En primera instancia el aficionado puede que desee optar por los niveles Normal o Curtido –Recluta si es muy poco experimentado-, y disfrutar del videojuego sin agobios, con un reto medio y un enemigo moderadamente preciso. Podríamos considerarla la vertiente más arcade de Call of Duty.
 
En el momento en que hayamos superado el videojuego con uno de los tres primeros niveles de dificultad probablemente deseemos un reto mucho mayor, y ahí es donde entrará Veterano. Los hardcores de la saga puede que deseen empezar directamente por él, y es que es ahí donde Call of Duty: Modern Warfare 2 se despega algo más del tono arcade y alocado para optar por un estilo algo más serio, que nos obligará a hacer uso de coberturas siempre, a tomar muchas precauciones y a emplear al 100% granadas de humo y de fragmentación. En Veterano cada cargador debe ser exprimido al máximo puesto que no abundan, y si bien no llega a ser una simulación en ningún momento -ya que tampoco pretende serlo-, es por dificultad, precisión de los enemigos y escasa resistencia de nuestro personaje la opción más seria y exigente a la hora de hacer frente a la campaña individual.
Por otra parte también debemos comentar que los civiles debutan en Modern Warfare 2, y visto el extraordinario resultado que ofrecen cuesta creer que hayamos tardado cinco videojuegos de las series en verlos en acción. Su presencia no se produce en todos los capítulos, ni mucho menos, pero cuando aparecen es para enriquecer el aspecto de las calles por las que aparecen generalmente huyendo, y para dotar de intensidad, veracidad y realismo a nuestras acciones de combate.
 
El resultado es que en los niveles en los que hacen acto de presencia no podremos disparar a lo loco, sino que deberemos apuntar con mucha precisión para evitar impactarles con nuestras balas o granadas, puesto que una baja civil supondrá el fin de la partida. La importancia, como decimos, es moderada a primera vista, pero ayuda a sumar enteros al computo global de la inmersión.
 
Hay también abundantes elementos con los que salpicar de variedad a la experiencia individual como el manejo manual de la trayectoria de misiles, el contar con armas de puntero laser con las que señalizar objetivos o la compañía de algunos vehículos blindados con los que poder interactuar marcando la dirección en la que deben abrir fuego.
 
Sin embargo el sello de Call of Duty siempre ha sido su genial capacidad para crear momentos inolvidables, y en eso Modern Warfare 2 vuelve a ser un triunfo absoluto. Desde los tiroteos a la carrera por entre las favelas brasileñas, hasta la defensa del edificio de la hamburguesería en Virginia divertidamente tocado con banderas de la cadena de comida rápida en una irreverente parodia del habitual patriotismo norteamericano, lo cierto es que el lanzamiento nos regala infinidad de escenas sensacionales y épicas. Mención especial incluso para los homenajes a otros videojuegos, con un pequeño sector a lo Mirror’s Edge en el que deberemos correr y saltar a la carrera esquivando balas del enemigo por los tejados de las chabolas cariocas.
 
Call of Duty: Modern Warfare 2
Modern Warfare 2 vuelve a premiar ligeramente la exploración de los escenarios de la campaña salpicándolos de ordenadores con Inteligencia Enemiga que podremos encontrar en los rincones más inesperados.
¿El único punto débil de la campaña? Su brevísima duración. Establecer un número de horas orientativo para que el usuario sepa cuánto puede costarle superarla aproximadamente siempre es complicado, puesto que no todos los jugadores tienen la misma habilidad. Sin embargo si tenemos que dar una cifra aproximada podríamos establecerla entre las 4-6 horas para los usuarios medios en dificultad Normal, y para algo más del doble para los experimentados en Veterano. Unas cifras que pueden sonar a escasas desde la distancia, pero que contribuyen a que la intensidad y el ritmo no decaigan en ningún momento.
 
Caballo Ganador –Multijugador-
La campaña individual no es particularmente larga, de acuerdo, sin embargo hay dos elementos fundamentales a la hora de prolongar la vida útil de Modern Warfare 2: El primero es el multijugador, y el segundo es el modo debutante: Special Ops.
 
La posibilidad de disfrutar de un multijugador competitivo ha sido siempre un elemento clave de Call of Duty, sin embargo ha sido a partir de la cuarta entrega cuando hemos visto la calidad de su estilo arcade maximizada hasta extremos realmente brillantes en el universo on-line, convirtiéndose por méritos propios en una de las mejores experiencias a través de internet que nos deparó el 2007.
 
Call of Duty: Modern Warfare 2
El tutorial de la campaña es una de las misiones de Special-Ops, concretamente la primera. Un recorrido limpio de muertes civiles y en tiempo record nos deparará las deseadas tres estrellas.
Con Modern Warfare 2 tenemos un sensacional más de lo mismo, pero aderezado con un pulido de las características y un aumento de los números. La cantidad de mapas, por ejemplo, aumenta sensiblemente para alcanzar en este título la muy respetable cifra de 16. Todos ellos son de tamaños muy variables, algunos de ellos mucho más grandes que los de Call of Duty para dar soporte a los 18 jugadores que debutan en esta ocasión, sin embargo todos destacan por su profundidad, por lo detallado y cuidado de su mapeado y por la presencia de abundantes escondrijos, tácticas y recodos en unos mapas que nos costará algún tiempo conocer al dedillo.
 
¿Destacar alguno sobre el resto? Probablemente Terminal, un aeropuerto de tamaño gigantesco y de diseño y trazado cuidadísimo. Las salas de espera, comercios Duty-Free y cafeterías están a sólo unos metros de las pistas que podemos visitar y que están salpicadas por un par de aviones dentro de los que incluso podemos entrar para introducirnos en espectaculares tiroteos de rango cercano, donde las escopetas de corto alcance y enorme dispersión serán las auténticas reinas. Lust, por el contrario, es un ejemplo de lo radicalmente opuesto: Un mapa diminuto, cubierto por una intempestiva tormenta de arena donde la verticalidad tiene una importancia que nunca estuvo tan acusada en el primer Modern Warfare.
 
Por otra parte la personalización de nuestro personaje o clase vuelve a ser uno de los principales titulares que nos deja el videojuego en su segunda parte, y es que la cantidad de opciones a pormenorizar vuelve a ser sensacional. Como es habitual según vayamos progresando con muertes y objetivos cumplidos en el multijugador iremos obteniendo experiencia con la que subir de nivel, y con el ascenso rango a rango iremos desbloqueando nuevas armas y Perks que podremos emplear.
 
Call of Duty: Modern Warfare 2
El ritmo de la campaña del videojuego es inapelable. Se ha conseguido un tempo tan vertiginoso con acción sin descanso, algunos lapsos a bordo de vehículos y un sentido de la intensidad asombroso.
Nuevamente tener una clase personalizada enteramente a nuestro gusto con el Arma Principal, la Secundaria, las Granadas Especiales –Cegadoras, Aturdidoras, de Humo-, el equipamiento –Granadas de Fragmentación, cuchillos para lanzar, escudos de protección, Semtex (explosivo plástico adhesivo)- y también las compensaciones por rachas de muertes que estemos sufriendo –como un aumento de salud por morir tres veces sin causar ni una baja, o el robo de clase del enemigo que nos ha abatido si lo hemos sufrido cuatro veces-.
 
Por otra parte han aumentado también las opciones de personalización estéticas para nuestra clase personalizada y también para el icono en pantalla de nuestro propio personaje con su nombre en clave; y de nuevo los tres Perks que podemos elegir para mejorar nuestro rendimiento on-line volverán a centrar mucho nuestra atención con algunas novedades muy interesantes. Sin embargo queremos llevar a cabo una pequeña reseña para con las rachas de bajas que causemos, con incentivos sensacionales. No queremos destriparlos puesto que entendemos que la sorpresa del usuario también será fundamental en este campo, pero desde las primeras rachas con los mapas tácticos liberados o los misiles teledirigidos, hasta las más sofisticadas del final hay un sofisticado proceso de desbloqueo que nos hará percibir una vez más un nuevo sentido del avance. Algunos de los premios tienen que ser lanzados en el punto del escenario que escojamos para ser recogidos por nosotros mismos y luego activarlos cuando lo deseemos, de modo que, si nos “dormimos”, puede incluso que nos los roben los oponentes haciendo uso de ellos contra nosotros.
Por lo que respecta a los modos de juego la línea es muy continuista con respecto a lo visto en el primer Modern Warfare, con un acertado cóctel que mezcla modalidades ya vistas con otras que debutan. Combate a Muerte y Combate a Muerte por Equipos son las más básicas, pero también encontramos otras seis: Buscar y Destruir, Sabotaje, Dominio, Cuartel General, Tomar la Bandera y Demolición. Todos ellos, como puede comprobarse, de nombres tremendamente descriptivos.
 
No queremos cerrar el apartado multijugador sin hacer hincapié en la importancia brutal que recibe en esta ocasión el hecho de que las balas puedan atravesar las paredes. En Modern Warfare ya lo vimos a la hora de superar con nuestra munición muchos tabiques y elementos del escenario, sin embargo en esta ocasión el número de obstáculos y objetos a través de los que podemos abrir fuego se ha incrementado de forma notable, lo que se traduce en unos mapas donde es todavía más complicado sentirse a salvo.
 
Combate Moderno –Special Ops-
El segundo elemento a parte de la campaña individual, es el anteriormente mencionado Special Ops, que se convierte por méritos propios en una de las grandes incorporaciones de Modern Warfare 2, y así lo atestiguamos en 3DJuegos dedicando un avance únicamente a desvelar el corte de este aditivo. Con esta modalidad damos con un puñado de misiones breves divididas en diferentes grupos bajo los nombres en clave de Alpha, Bravo, Charlie, Delta y Echo. Cada una de estas cinco ramas se dividen a su vez en diferentes capítulos de corta duración en la que, como si de un videojuego de carreras se tratara, se nos pide que maximicemos nuestros tiempos, números de muertes y efectividad con ánimo de obtener la mejor puntuación posible.
 
Call of Duty: Modern Warfare 2
¿Hemos empezado por una dificultad demasiado alta y Modern Warfare 2 se nos atraganta? Pausamos la acción y accedemos a la opción “bajar la dificultad”, para no tener que reiniciar el nivel.
Cada una de estas misiones está ambientada en un lugar distinto –Favelas, base de submarinos rusa, puente de San Francisco, etcétera-, y al finalizarlas se nos otorgará un número determinado de estrellas con las que poder seguir avanzando y desbloqueando el resto de los paquetes de objetivos. Al comienzo sólo contaremos con Alpha disponible, y para liberar Bravo, Charlie, Delta y Echo deberemos obtener cuatro, ocho, veinte y cuarenta estrellas respectivamente. Por cada misión superada podemos obtener un máximo de tres estrellas, y éstas se nos brindarán en función del nivel de dificultad escogido para superarla.
 
La variedad es muy amplia en Special Ops, desde infiltrarse en instalaciones sin despertar la alerta del enemigo hasta armar un bastión con minas claymore y misiles teledirigidos resistiendo oleadas de enemigos en una posición ventajosa al más puro estilo horda de Gears of War 2, y lo cierto es que esta modalidad es un añadido fantástico. Está principalmente orientado al cooperativo con otro jugador, de modo que podemos disfrutarlo junto a un amigo a través de Internet o mediante la clásica pantalla dividida. También puede ser superado en solitario, aunque dada su alta dificultad es especialmente recomendable hacerlo acompañado.
 
Call of Duty: Modern Warfare 2
Los niveles con torretas ametralladoras o armas de fuego a bordo de jeeps o vehículos no podían faltar. Algunos de ellos de una espectacularidad que queda fuera de toda duda.
Combate Moderno –Gráficos y Tecnología-
Gráficamente Modern Warfare 2 vuelve a demostrar por qué Infinity Ward es uno de los estudios de referencia del género de la acción. Puede que las texturas de sus videojuegos no sean las mejores, y puede que tampoco tengan un acabado impoluto con las sombras o el alisado de dientes de sierra: Sin embargo las estampas que generan sus títulos son siempre insuperables, con unos retratos de la guerra –ya sea histórica o moderna- responsables de una ambientación portentosa.

La mejora con respecto a Call of Duty 4 es más que obvia, quizá no lo suficiente para que mantenga su 10 en gráficos puesto que, no lo olvidemos, han pasado ya dos años desde su lanzamiento; pero sí se perciben rápidamente importantes avances en los modelados faciales, en las animaciones y en el acabado de los efectos visuales.

Los enemigos tienen la virtud de no pecar de reiterativos o reciclados, y esto lo consiguen con un buen puñado de modelados francamente trabajados y variados. Lo mismo se puede decir de nuestros aliados, todavía más detallados, y con expresiones faciales muy cuidadas y pulidas. Algunos de ellos nos sorprenderán con animaciones de extraordinaria calidad como, por ejemplo, nuestro compañero de la misión de la escalada en la montaña nevada, dotado de unos movimientos de una naturalidad asombrosa.
 
De hecho el pasado la saga daba una cierta sensación de robotización a la hora de reproducir algunas animaciones de muertes de los enemigos, en esta ocasión, sin embargo la gama de movimientos de éstos al ser abatidos es lo suficientemente amplia como para dar a menudo la falsa sensación de generarse dinámicamente. Un “trucaje” de mucho mérito.
 
Call of Duty: Modern Warfare 2
El escudo debuta en el multijugador como uno de los elementos de equipo que escoger. Con él perderemos capacidad de fuego, pero ganaremos un enorme bonus defensivo.
Los escenarios, por su parte, brillan tanto en la faceta de su acabado como en lo que se refiere a su diseño y calidad de mapeado. De hecho los de Modern Warfare 2 son los más abiertos de cuantos Call of Duty hemos visto hasta la fecha, con algunas localizaciones como el barrio residencial de Virginia o el parking comercial repletos de edificios en los que entrar y parapetarse con total libertad. En absoluto es ningún capítulo un Sandbox, está muy lejos de las intenciones de Infinity Ward, pero el hecho de que ahora los niveles cuenten con más posibilidades de rutas y de exploración enriquece tremendamente la experiencia de juego. Por lo que se refiere a su acabado, éste es impecable, y a pesar de que la interacción con sus elementos peca de ser tremendamente escasa, lo cierto es que el trabajo continúa siendo sobresaliente.
Por lo que se refiere a los efectos de video otro aplauso para Infinity Ward. Un humo volumétrico sensacional debe encabezar este apartado, sin olvidarnos de los cuidados efectos de las granadas flash, las explosiones, el fuego de las armas, la iluminación de los entornos –fabulosa en algunos escenarios como el brasileño o el de Washington-, y también los desenfoques y emborronamientos de pantalla por ondas expansivas, heridas, etcétera.
 
De nuevo el videojuego vuelve a hacer gala de una fluidez merecedora de un franco agradecimiento, tanto en PlayStation 3 como en Xbox 360. Los inexcusables 60 frames por segundo de este Modern Warfare 2 se mantienen soberanos e impertérritos durante toda la experiencia de juego, y no se resienten por explosiones, personajes o efectos que salpiquen la pantalla.
 
Por si fuera poco, e hilando con el verbo salpicar, los efectos de sangre son realmente impresionantes. Call of Duty ya tomó desde su segunda entrega la decisión de evitar los botiquines y optar por un estilo similar al de los escudos de energía de la saga Halo, y en esta ocasión han rizado el rizo con un acabado técnico superior que nos permite hacernos una idea con sólo echar un vistazo de nuestro nivel de salud sin tener que recurrir a barras o porcentajes. Nuestra propia sangre salpica la pantalla como nunca antes habíamos visto hacerlo en un videojuego, y conforme vamos sufriendo más y más daños la pantalla sigue empapándose de plasma y emborronándose hasta impedir la visión casi por completo cuando estemos al límite de caer muertos.
 
Call of Duty: Modern Warfare 2
La iluminación vuelve a ser uno de los principales responsables del sensacional aspecto gráfico de un Call of Duty. Ya estemos en la gélida Rusia o en el caluroso Afganistán, el tratamiento visual de la luz es formidable y tremendamente veraz.
En lo referente al sonido, y cambiando radicalmente de tercio, Modern Warfare 2 ha sido el cacareado debut de Hans Zimmer en el mundo de los videojuegos. El compositor de las bandas sonoras de Gladiator, El Rey León o El Caballero Oscuro efectúa su primer trabajo para una obra de entretenimiento interactivo y, como el mismo declaró en su momento, ésta tiene una “oscuridad emocional” que resulta digna de encomio. Los trabajos de Stephen Barton en entregas anteriores resultaron sobresalientes y admirables, sin embargo Zimmer demuestra estar varios escalones por encima y compone uno de los scores más brillantes que hemos tenido oportunidad de escuchar en un shooter bélico.
 
El videojuego, por lo demás, vuelve a demostrar su supremacía en términos de efectos de audio, con unos sonidos para los diferentes tipos de armas y municiones verdaderamente atronador, y con unas explosiones y unos disparos que tienen el eco apropiado para el lugar en el que se reproducen logrando un efecto totalmente veraz. Modern Warfare 2, por lo demás, llega a nuestro país enteramente traducido como también es tradición en las series, y con un nivel de doblaje francamente bueno. Obviamente si dominamos el inglés es interesante que lo escuchemos en versión original, puesto que su nivel lógicamente es superior, pero nadie se sentirá avergonzado del trabajo de los profesionales que con sobresaliente dramatismo han resuelto francamente bien el trabajo de localización al español.
 
El Único Día Fácil… fue Ayer –Conclusiones-
Con Modern Warfare 2, y a falta del lanzamiento de Assassin’s Creed 2, ya tenemos entre nosotros a todos los pesos pesados del 2009 entre nosotros, y podemos decir que este año por fortuna la práctica totalidad de ellos han cumplido con las expectativas.
 
Call of Duty: Modern Warfare 2
Uno de los niveles más impactantes nos lo regala la devastada ciudad de Washington en ruinas. El genial score musical de Hans Zimmer sólo ayuda a mejorar la carga emotiva de una estampa sobrecogedora.
El aficionado ya se ha acostumbrado al hecho de que los Call of Duty de Treyarch son fantásticos videojuegos bélicos que, sin embargo, no pueden sino palidecer ante lo que los chicos de Infinity Ward logran con una saga que ellos mismos crearon hace ya seis años. Modern Warfare 2 vuelve a confirmar el factor de que los Call of Duty pares son siempre superiores a los impares, salvo el primero que era una maravilla y que fue precisamente con el que el estudio británico se hizo un hueco en el género.
 
¿Significa eso que Modern Warfare 2 es perfecto? En absoluto, pero podemos decir sin temor a equivocarnos que es, por su equilibrio entre modalidades y también por su amplitud de posibilidades, el mejor episodio que esta brillante franquicia nos ha deparado hasta ahora.
 
¿Qué le falta? Es complicado enumerar una serie de defectos, y tampoco es nuestro estilo puesto que, por si fuera poco, a la práctica totalidad de pegas se le puede poner una contraprestación positiva. Así, por ejemplo, ¿El multijugador es continuista? En Call of Duty 4 rozaba la perfección de modo que, ¿por qué cambiarlo?. ¿La campaña es corta? En efecto, muy corta, pero de una intensidad envidiable que probablemente se vería seriamente coartada con una duración más dilatada. Y así podríamos seguir…
 
Call of Duty: Modern Warfare 2
Hay abundantes armas nuevas, sin embargo una de las más espectaculares tanto en el multijugador como en la campaña es el rifle con detector de enemigos. Éstos aparecerán en forma de puntos en la pequeña pantalla registrados por sus pulsaciones del corazón.
Así pues, y con ánimo de sintetizar, con Modern Warfare 2 tenemos una nueva directriz por parte de Infinity Ward de hacia dónde creen ellos que debe orientarse el shooter bélico del futuro. Intensidad off-line, y atención especial a todo lo que respecta al multijugador, en una época en la que las consolas de Nueva Generación ya no pueden mirar para otro lado en lo que a experiencias a través de Internet se refiere.
 
Por último, ¿qué hace que merezca la pena comprarse este Call of Duty “6”, si ya disfrutamos en su momento de Call of Duty 4? Lo que hace genuino a esta nueva entrega son algunos elementos como su corte de continuación directa de la historia de su predecesor, debut en la saga de este tipo de planteamiento, además de la incorporación de la variante Special-Ops y algunos elementos muy originales como la escalada de los encrespados montes helados, el provocador prólogo del Aeropuerto en el cuarto nivel o la entrada submarina a las instalaciones del enemigo. Estos factores son los que, a nuestro juicio, hacen merecedor a Modern Warfare 2 de una calificación de notable en innovación, puesto que a pesar de la sobresaturación que obviamente experimenta el género, lo cierto es que esta entrega hace todo lo posible por mantenerse única. Y eso… merece un premio.
 
Valoración de Modern Warfare 2
El factor sorpresa del primer Modern Warfare ha desaparecido, pero eso no debe distraernos de que su segunda parte es incluso superior a su sobresaliente predecesor. Infinity Ward refina la fórmula del Call of Duty moderno hasta extremos que comienzan a rozar lo insuperable, y establece unos estándares de calidad altísimos para los shooters del futuro.
NOTA FINAL: 9,5

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